La ira es una emoción que muchas veces ponemos la etiqueta
de mala o negativa. Todas las emociones son saludables y positivas, nos indican
algo sobre nosotros, algo en lo que podemos trabajar. Es decir, nos traen un
mensaje. Con la Ira pasa exactamente lo mismo. Es más, posiblemente no habríamos
sobrevivido y por lo tanto evolucionado sin esta emoción.
De ira, hay muchos grados y diferentes sentimientos que
pertenecen a esta familia, como puede ser el enfado, la impotencia, el rencor,
el odio…. Todos estos sentimientos nos
dan un tipo de información, la diferencia entre unos y otros es lo que hacemos
nosotros cuando sentimos ese primer enfado. Con ello, quiero reiterar que la
ira no es mala ni negativa, lo que hace que sucedan unos resultados u otros es
lo que que hago yo cuando con ella, si la gestiono o no, si la perpetuo en el tiempo,
si no me permito sentirla, si explosiono... y un largo etc…
La ira, es una emoción primaria que aparece cuando algo o alguien
se interpone en nuestro camino de conseguir nuestros objetivos. Por ejemplo el
estar tranquilo en casa viendo la televisión y alguien nos está haciendo
preguntas o hablando sobre un tema, el que sea. Nuestro objetivo es ver la TV y
otra persona se está interponiendo en la consecución de nuestro objetivo.
Entonces nuestro cuerpo lleva gran cantidad de sangre hacia los brazos para
prepararnos para la lucha. ¡Listos para la guerra! Por este motivo, cuando
estamos enfadados y no gestionamos lo que estamos sintiendo tenemos más
tendencia a decir cosas que no queremos y a actuar de maneras que en otras circunstancias
no haríamos, y es porque nuestro cuerpo automáticamente nos prepara para la
lucha. Eso sí, la decisión de si queremos gestionarlo o no, es siempre nuestra.
¿Qué mensaje me trae
la ira?
La ira nos indica que estamos interpretando algo como injusto. ¿Recuerdas haber mencionado alguna
vez el… “esto no es justo”..?
¿Qué puedo hacer para gestionarla?
1. Antes de nada, FRENA. Es más difícil gestionar algo en
medio del huracán. ¿Qué opciones tienes para frenar y salir de la situación?
2. ¿Injusto para quién? Recuerda que los demás no son tú, por lo tanto tienen un sistema de
creencias, escala de valores y prioridades diferentes. Observan, perciben,
entienden y dan significado al mundo que les rodea de forma distinta.
3. Acepta.
La ira me indica que hay algo que no estoy aceptando. ¿Qué me está faltando aceptar?
Cuando no acepto, entro en un proceso de duelo (hablaremos del duelo en otro
artículo).
Una de las cosas que me pueden ayudar a
aceptar es tener empatía, ponerme en
los zapatos del otro. Es decir, dejar de lado mi sistema de creencias, valores
y prioridades y preguntarme ¿Qué haría yo si pensara, viera, percibiera y
entendiera el mundo como lo hace la otra persona?
Cuando más entro en la comprensión, más se diluye mi enfado.
Aceptar
y comprender no implica que este de acuerdo con algo, simplemente le doy su
espacio para existir. Si eso que acepto que existe y que es real por ejemplo,
no es coherente conmigo, la pregunta siguiente sería… ¿Qué quiero hacer con ello?
Es
justo esa aceptación de algo y ese comprender donde está la información para
gestionar el enfado. Si hago como si
nada y dejo de atenderlo, me seguirá pasando más de lo mismo hasta que aprenda
la lección.
Recuerda que las emociones
son mensajeras para nuestro desarrollo personal, nos indican constantemente el
camino a seguir.
Àsia Selma
Coach Profesional
www.asiaselma.com
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